Una noche sin fin- Escribe Coniglio Julian

 

                                                                        imagen : Pixabay- créditos a Pete Leforth

 

 

Como cada martes estoy en el comedor de casa esperando al doctor Gonzalez que venga para que podamos tener nuestra sesión semanal, no se hace cuanto que estamos realizando la terapia de esta manera. Pero gracias a que el puede venir a casa es que puedo tratarme, ya que no puedo salir a la calle según mi familia por la medicación que me dan. 

De verdad siento que el doctor hace maravillas conmigo, por lo menos después de cada sesión que terminamos me siento muchísimo mejor.

 

 Un día el doctor no viene a la sesión semanal, lo cual me resulta extraño. Pasa una semana la cual no fue la mejor para mi y a la semana siguiente tampoco aparece. Es algo muy raro y le pido a mi familia que averigüe, ya que el no suele faltar y menos 2 veces seguidas. Mi madre se hace la preocupada y dice que va a llamar, pero noto algo muy raro en ella que hace que no le pueda creer. Me dice que llamó y que el doctor tuvo una urgencia, pero que no deje de tomar la medicación, supuestamente es lo que el le dijo para que me transmita. Le digo que esta bien, noto que cada vez que tomo la medicación me siento mareado y perdido, como si estuviese ido, pierdo la noción del tiempo y solo veo amanecer y anochecer. Es algo que me resulta raro ya que tomo la misma medicación hace años y jamas me sucedió eso . Al día siguiente decido fingir que tomo la medicación pero no lo hago, la dejo debajo de la lengua. Para que cuando nadie me vea sacarla de ahí y guardarla en el bolsillo del pantalón, logro hacerlo y por suerte nadie se da cuenta, al ir pasando el día me doy cuenta de que no siento los mareos que venían acompañándome en los últimos días. Pasaron unos días más y volví a hacer la misma rutina de fingir que tomaba mi medicación, en estos días me decidí a averiguar que es lo que había sucedido realmente con el doctor Gonzalez. 

Aprovecho una tarde en que ella sale a hacer las compras entonces empiezo a buscar entre los papeles que tiene, el número del doctor, no logro encontrarlo, pero veo una tarjeta que dice:

 

Realmente quedo perplejo al ver esto no puedo creerlo, doy vuelta la tarjeta y tiene un número de teléfono en ella, agarro mi celular para poder llamar, bloqueo mi número para que no le figure y comienzo a marcar las teclas para hacer el llamado. Suena 3 veces y me atienden. -hola, habla Alvaro Gonzalez que necesita- dice la voz del otro lado del tubo. La reconozco apenas la escucho, es la voz de mi psicólogo, mi especialista, con quien estuve 2 años en tratamiento y quien según mi madre me recetaba las pastillas. 

Con la respiración agitada corto asegurándome de no haber dicho nada. Mi cabeza empieza a dar mil vueltas tratando de entender esto que acabo de descubrir, me mintieron durante años con mi tratamiento ¿para que es que me están dando estas pastillas' ¿quien me esta dando realmente la medicación? ¿porque es que quieren que este todo el tiempo dopado y mareado?

 Decido seguir como hasta este momento fingiendo que las tomo para ver que es lo que va ocurriendo en mi. Pasan los días, y las semanas y sigo como siempre, me levanto agarro la pastilla, la coloco bajo la lengua, tomo un vaso de agua y para mi madre ya tome la medicación. Pero en realidad hace muchísimo que no lo hago, y la verdad es que jamas me sentí tan bien como en estos días. Con el correr de los días me doy cuenta que a veces puedo saber cuando mi mama esta por hablarme, o incluso se que es lo que va a decirme, realmente no entiendo como es que sucede esto pero no le doy importancia. Una noche de tormenta durante la madrugada comienzo a sentir ruidos en mi cuarto, recuerdo que era una noche lluviosa, pero eran esas tormentas donde parece que el cielo se va a venir abajo. Me levanto y miro por la ventana como esta la calle a causa de la lluvia.  Hay una parte del asfalto en donde están los autos estacionados que esta media inundada, así que si alguien tiene que subirse a su vehículo va a tener que dar un salto para no mojarse los pies completamente. Veo las luces de mercurio de la vereda, detengo la vista en una en particular, es la que está en la entrada de mi casa, empiezo a verla fijamente sin pestañear siquiera y mágicamente la luz comienza a titilar y termina apagándose del todo, me sorprendo por esto, ¿pude haberlo hecho yo realmente o solo fue pura casualidad que se quemara? 

A la mañana siguiente al despertarme no puedo dejar de pensar en lo que sucedió con el foco ¿realmente fui yo el que lo quemo o fue pura casualidad. Decido levantarme y realizar la misma rutina de todos los días con respecto al Lexotanil. Sigo fingiendo que lo tomo para que mi madre este tranquila. Pasan las horas y viendo un programa de televisión escucho que hablan sobre gente que puede realizar cosas con su propia mente.Lo llaman telequinesis, la verdad que jamas había escuchado sobre esto y me pongo a pensar si no es que tengo ese don yo también, dicen que son muy pocas personas en el mundo que pueden hacer eso, pero quien dice que yo no pueda ser una de ellas...

Esa tarde decido encerrarme en mi habitación para comprobar si realmente tengo telequinesis o no. Pongo un vaso sobre la cajonera y comienzo a mirarlo fijamente pensando en que quiero que se caiga de costado. Me concentro muchísimo en eso y veo que con el correr de los segundos este comienza a tambalear pero no llega a caerse. Con el correr de los días decido seguir practicando y llega el momento en que no sólo puedo mover el vaso, sino que puedo mover lo que desee con mi mente, puedo no solo saber cuando mi madre me quiere hablar, sino que se exactamente que es lo que pretende decirme. 

Llega el día en que mi madre se da cuenta de que no estoy tomando más la medicación, la noto mal, preocupada y muy nerviosa por esto, como se  que es lo que piensa, me anticipo y le digo que tenemos que hablar. Ella me dice que temía que este día llegara, Nos sentamos en los sillones de la sala y comenzamos a dialogar. 

-Que es lo que tenes ganas de saber Pedro- dice mi madre nerviosa. La miro y le digo que necesito que me explique todo lo que esta pasando. Ella suspira y me dice que esta bien. Me dice que el doctor Gonzalez en realidad es un actor que ella contrato para que yo me sienta mejor y más contenido. Me dice que lo hizo a causa de que todos los psicólogos y psiquiatras que me trataron antes no quisieron volver a verme, dice que por más que les ofrecía triplicar el valor de la consulta ellos no querían hacerlo, decían que yo era un monstruo. Me dice que ella también pensó lo mismo el día que tuve un ataque a mis 5 años y mi papá que quiso ayudarme termino falleciendo. Todo a causa de tu telequinesis, se acerco a vos y lo que salia de vos le aplasto todos los huesos y murió en el acto. Recuerdo ese momento como si fuese sido ayer. Por eso es que averigüe que medicación darte para taparte todo y que no vuelvas a usar tus poderes, no puedo permitirme que lastimes a nadie más. Me dice que hace poco me cambio la pastilla también de Lexotanil a Halopidol. Porque notó que ya no me estaba haciendo tanto efecto la primera.

 La verdad que al enterarme de todo esto quedo shockeado y decido retirarme a mi habitación a pensar en todo y tratar de controlar mi cabeza y mis poderes o si vuelvo a tomar la medicación para volver a tapar todo nuevamente mi madre ya se acostó, pero para mi esta va a ser una noche sin fin…

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