Guerras mentales | Escribe Max Musimessi

 


 

Bitácora de guerra



Antecedentes

26 de agosto de 4265

Primer día de clases en la Escuela de Oficios Ninguneados. Santiago entra al salón de aritmética Chomskyniana y se sienta al fondo a la izquierda, como siempre, para poder descansar el cuerpo contra la pared después de un día de trabajo agotador. Dos filas por delante suyo y al costado opuesto se sienta quien luego sabrá que se llama Romina. Sus miradas se cruzan algunas veces durante dos horas. Al finalizar el turno ella se acerca a él para pedirle su dirección de correo, así le envía un trabajo para que lo entregue en su nombre, dado que no podrá asistir a la clase siguiente.



Batalla de la Onda

26 de agosto a 13 de octubre de 4265

Luego de que Romina se despidiera (hasta entonces una perfecta desconocida), en la mente de Santiago se genera un campo de batalla. Su persona se divide en dos entes. De un lado está Santiago Impulsor y del otro Santiago Refutador, quienes encabezan la Armada Ilusión y el Ejército Boicot respectivamente. El primero es quien inicia los ataques, aludiendo que, si lo miró varias veces durante la clase y que, sin conocerlo, al final se acercó a él, es porque había onda. Su contraparte aduce que fue pura casualidad, buscando buena onda, podría haber sido cualquiera. Ilusión contrataca diciendo que, por su posición, tenía en medio dieciséis personas para pedirle el favor antes que a él (eso sin tener en cuenta que ni siquiera estaba de camino a la salida, sino volviéndose hacia el fondo, cuando lo más lógico es que todos se quieran ir). Los días van pasando, Santiago entrega el trabajo y apenas si a veces intercambia palabra con la mujer, algo que se va diluyendo. La operación cerrojo del Ejército da sus frutos y contiene el avance de la Armada, la cual se retira al perder una gran parte de sus fuerzas.



Batalla de las Aplicaciones

12 de enero a 4 de abril de 4267

En ninguna otra materia volvieron a encontrarse en la Escuela, pero la Armada Ilusión retoma la ofensiva cuando Santiago hace match con Romina en la famosa aplicación de citas, Chonguer. Hace de su más fuerte arma el hecho de que esta situación es la confirmación de que ambos se resultan atractivos, por lo cual un paso ya estaría dado por esta certeza. El Refutador intenta utilizar la idea de que quizá le dio like en broma como diciendo “ey, yo te conozco”, pero no surte efecto con el fuerte escudo de convicción del batallón enemigo, entonces replica con una ola de miedos respecto a cómo romper el hielo a pesar de que eso sea cierto, ¿con qué se empezaría una charla? Esto mantiene acorralado al cuerpo del Impulsor, hasta que luego de varias semanas de silencio se percata de que en su perfil figura su usuario de Instagarch. Ambos empiezan a seguirse mutuamente. La Ilusión renueva su ataque al ver luego de un tiempo que Romina reacciona a publicaciones viejas suyas, anteriores a la fecha en que se agregaron como contactos, y si bien esto debilita un poco al Boicot, resiste a fuerza de pequeños contragolpes de “eso no tiene nada que ver, puede estar aburrida y revisar el historial”. El Ejército consigue así una tregua hasta el primer día de clases, cuando podrían corroborar las cosas al encontrarse en persona.



Batalla del Parque

7 de septiembre a 9 de noviembre de 4267

La tregua se prolonga por un largo tiempo ya que Romina nunca apareció por la Escuela. Las reacciones en sus respectivas cuentas de Instagarch continúan, pero nunca utilizan el chat. El 7 de septiembre de 4267, mientras Santiago fuma un cigarrillo en el patio, la ve acercarse, y la Armada pega primero haciendo que la salude, asumiendo una confianza basa en likes como si se conocieran. Ella responde amablemente y le cuenta que hace tiempo no cursa por haber estado viviendo afuera, por lo que viene a hacer el trámite de reincorporación. Esa conversación de cuatro minutos y quince segundos le da la ventaja a Santiago Impulsor para empezar a charlar por la aplicación. Luego de varias semanas de mediocre contacto acuerdan tomar unos mates la tarde del 9 de noviembre en el Parque Santa Clotilde. Ese día se juntan a las cinco de la tarde y provocan un encarnizado combate cuerpo a cuerpo entre las dos guarniciones mentales de Santiago. El Boicot se estuvo preparando durante largo tiempo, por lo que está ágil, rápido. A los golpes de que “ella está ahí porque le gusta”, “la está pasando bien” y “la charla fluye de maravilla”, los responde con “no es momento de tirarle la boca”, “la charla gira en torno a temas banales y no es fácil torcerla a algo más íntimo”. A pesar de que Romina había avisado de que a las ocho debía irse debido a otro compromiso, son las nueve, el Parque está cerrando y ella sigue ahí. Esto le da un empuje a la Ilusión, pero todavía no sabe como dar la estocada final. El Ejército del Refutador le brinda un golpe traicionero, disfrazado de ofrenda amable, cuando lo obliga a decir que la acompaña a la casa si tiene que irse. Una vez en la puerta de su edificio, Romina se queda en silencio como esperando algo, o eso es lo que entiende el Impulsor, pero es frenado por un ataque de dudas del batallón contrario, que finalmente lanza la bomba “me tengo que ir” y la saluda con un beso en la mejilla antes de retirarse victorioso.



Batalla del Monoambiente

3 de abril a 2 de junio de 4268

La Armada de Santiago Impulsor se mantuvo replegada en los meses siguientes a la derrota anterior, juntando fuerzas a base de tímidas charlas por mensajería, hasta el día que comienza un nuevo cuatrimestre y la suerte vuelve a encontrar a Santiago y Romina en la misma clase. Durante el cuatrimestre forjan una relación, la cual el Ejército del Refutador, en ventaja, mantiene catalogada como mero compañerismo. Al final del mismo deciden preparar el último trabajo juntos y tras barajar varias opciones deciden reunirse en el departamento de Santiago para realizarlo. El Boicot se adelanta preparando el terreno. Como el hogar Santiagueño es un monoambiente de menos de veinte metros cuadrados, dispone la cama como futón y una silla lo más alejada posible, de modo que cada uno elija un lugar distinto para ubicarse y así Romina no confunda intenciones. Mientras ella está ahí, él hace todo lo que puede para que no se sienta incómoda. Llega la noche y aún les falta mucho para terminar de preparar la presentación, por lo que él le da la opción de seguir otro día o continuar hasta altas horas de la noche. Ella prefiere esto último (algo que reagrupa a la Armada) y piden una pizza. Luego de comer ella se levanta de la silla y se recuesta en el futón junto a Santiago, apoyando su cabeza en el regazo de él. Frenando lo que puede llegar a ser un ataque letal de la Ilusión, el Boicot avanza de manera psicosomática y hace levantar de un salto a Santiago con unos retorcijones de estómago. Luego de aguantar unos minutos, él no puede más y tiene que entrar corriendo al baño (una puerta contigua al espacio en el que están), interrumpiendo súbitamente una charla que venían manteniendo. El escándalo resulta inevitable. La victoria del Refutador parece asegurada y el Impulsor no quiere salir de ese habitáculo para asumir la derrota. Luego de unos minutos de resistencia, el jefe de la Armada asevera que, si después de esto ella no decide irse, es porque tolera esto por su sentimiento para con él, lo que se traduciría en chances de victoria. Santiago sale para enfrentar la verdad. Romina no menciona una palabra respecto a lo que acaba de suceder, sigue con el trabajo como si nada. El Ejército trata de aguantar los embates de la Armada Ilusión con la idea de que ella solo lo hace por educación. Son las tres de la mañana cuando finalizan el trabajo y Romina, en lugar de irse, da vueltas por el departamento observando adornos en silencio por varios minutos. La ilusión toma esto como una señal para dar el golpe final (“¿Qué puede estar viendo si no tengo casi nada?”, “ella está esperando que haga algo”), pero antes de que pueda hacer cualquier movimiento, el Ejército Boicot, quien venía combatiendo a base de argumentos de no aprovecharse de ella y esperar algo más claro, realiza el último ataque con un “te llamo un taxi”.



Fin de la Guerra. Resultados

Como en la mayoría de las Guerras Mentales Santiagueñas, el Boicot derrota a la Ilusión. A pesar de contar con una fuerza superior, la Armada se ve superada por la táctica y estrategia del Ejército, especialista en contención y ataques sorpresa que inutilizan la desmesurada pero desorganizada potencia del enemigo.



Secuelas

Superado por la vergüenza, Santiago habla cada vez menos con Romina y la elimina de sus redes. La última vez que ella sabe algo de él, es cuando abandona los estudios en algún momento de 4270. Santiago muere solo el 17 de mayo de 4319.

 

 


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