Guerras mentales- Escribe Lorena edo- Tensei

 

                                                        Una de las tres fotos de Mark

 

 Lo bueno de escribir es que se puede contar historias para que los lectores crean que nunca ocurrieron en este plano de existencia.  Se puede inventar o decir verdades, dejar sueltas las manos para que recorran sobre el teclado con la furia misma que  todos los impulsos eléctricos puedan permitir, a la velocidad de las ideas. Pero no tan deprisa: algunos límites físicos impiden que el acto de tipear, no vaya tan a la par de lo que pienso, al tiempo que lo hago. Algunos límites físicos nos impiden también concretar cosas que deseamos mucho. Eso es algo triste.


Conoci por Intagram ( ¿se puede decir que es posible conocer a alguien a través de una red social?) a un pibe de Alemania : físicamente soñado. Todas tienen el prototipo de hombre que gusta. El mio es re estandard: rubio, ojos claros, tez blanca, alto.Lo físico es importante para mi. El tacto a la piel debe ser suave. No se me despiertan las endorfinas ni se me vuelven cóctel las hormonas si no puedo tocar una piel tersa. Manías de tatuadora, que se yo.

Mark Guttenberg ( si, el apellido me hizo algo de ruido, como señal . De esas que pienso que el destino pone. como pistas obvias que aparecen ahi para no evitar verlas. Como me gustan: las señales, los guiños del destino deben ser obvios, claro.) de Berlin. El tenía Todos los condimentos visuales justos para que me llame suficientemente la atención. Stalkear es fácil. Este Mark apareció como sugerencia de amigos para agregar, y lo agregué. 

Viendo su  Feed, me pareció una persona de esas que a mi me interesa. No había selfies. Todas sus fotos eran en blanco y negro (¿posible afición a la fotografía tal vez? ) y conté tres (si, tres) de él de primer plano. En cinco años solo había publicado tres fotos suyas. Que desperdicio. Su rostro es perfecto, ¿porque tan pocas fotos? . Con esa pregunta en mente, comenzé a hablarle. Bueno, a escribirle. Le avisé que no sabía alemán, y me defendía guerreramente con el ingles, que me hiciera saber en que idioma debia hablarle. Pero necesitaba saber porque motivo tenia en Instagram tan pocas fotos suyas. Así:

"...Hallo Mark! Wir kennen uns nicht,. aber du hast meine Aufmerksamkeit sofort mit deinem Feed erregt. Ich sehe, wie du Bilder von Büchern postest - wie Kafka Lops. Ich liebe Kafka - Cafés, und ich habe nur gesehen, dass du drei Fotos von dir hast ... sowieso ... Entschuldigung für den Wagemut (es scheint mir, dass du ein irdischer Adonis bist), weil du nicht magst, wie alle Idioten es tun nur ihre Geschichten Selfies hochladen? Ich liebe deine Zeichnungen und die Auswahl an Bleistiften, die du hast. Ich lade Sie ein, Freunde zu sein. Können wir uns unterhalten, um uns kennenzulernen? Starke Umarmung. Lorraine-esitaba 

Tengo ese hobbie a veces. Me gusta conocer personas de otros países, aunque la mayoría de las veces nunca me responden. pero las veces que si lo hacen, es genial, porque resultan ser personas con muchas cosas para contar y de ellas aprendo.

No esperaba respuesta del adonis del Insta, para que mentir. Pero respondió unas pocas palabras, algo así como que no subía fotos suyas, tal vez por el mismo motivo que yo no lo hacía, incluyó aca un signo de pregunta.  Y agregó en un segundo mensaje enviado uno quince minutos después :  ¿que harias si un dia despertas y descubris que sos un insecto?

La referencia me hizo sonreir, y quise creer que ese era el comienzo de una conversación lo suficientemente larga, como para entrar en el cerebro del ario. O en el mejor de los casos, entrara él en el mío.

Le contesté que de alguna manera todos éramos insectos, y le confesé que seguramente mi primer sensación seria tener miedo.  Y nuevamente, con ello tampoco había mucha diferencia entre ser esto y ser lo otro.

Ya no esperé mas respuestas. Pero vi que me estaba escribiendo de vuelta. me dijo que iba a mostrarme la foto de un cuaderno, y unos minutos después, me envió la foto, y despues una carita.


 

Así fue que comenzamos a hablar asiduamente, sobre lo frágiles que éramos las personas, como nos lastimamos entre nosotros con el afan de no ser menos que otros que ni siquiera importan. Hablábamos sobre la energía oscura que nos rodea, como se alimentan las tulpas de los miedos que nosotros mismos nos generamos. 

Empezamos a escribir de manera colaborativa - durante meses- en una pagina privada, ya que usar otro medio, nos aprecia un tanto desapropiado.

compartíamos entre los textos, canciones. Fotos que nos sacábamos durante el día, estábamos a miles de kilómetros de distancia, no nos conocíamos. Pero de alguna manera no podía dejar de pensar en el,  por lo visto el en mí tampoco.

Las cosas comenzaron a ponerse extrañas ( aunque todo con el siempre se salia de la norma) cuando me mandó un mensaje un día que que estaba con mi cuaderno dibujando en el jardín japonés. Había sacado algunas fotos para mostrárselas a la noche, ya que por la diferencia horaria no iba a  enviarlas en ese momento, solíamos conectarnos a horas de la medianoche de Berlín. Estaba bocetando cuando me envía un mensaje. Solo una pregunta. " Paz. Césped. Carboncillo. Papel. Te veo. y puedo adivinar, que llegarás a tu casa y vas a pedir sushi para cenar.¿acierto?". 100% le contesté. Le mande la foto unas horas más tarde y no le pregunté como supo lo que yo estaba haciendo.

Unos meses después de compartir larguísimos debates sobre los temas más diversos, nos pusimos de acuerdo en que podríamos  hacer videollamadas, o algo así. Usamos JitsiMeet  - por amor al open source - y estuvimos en silencio mirando la pantalla durante tres minutos. (¿Raro? todo con el era raro. Eso es lo que más me gustaba, con él nunca me aburría). Nos habíamos puesto de acuerdo en eso. De palabras estábamos llenos, de imágenes también - las compartíamos a diario -  Pero de un intercambio en tiempo real de nosotros mismos, hasta el momento no se había dado. Así estuvimos "mirándonos a la cámara" yo tenia un temporizador puesto: fueron 3 minutos en silencio el tiempo máximo de reconocimiento facial en tiempo real. Hasta que aparecieron las muecas, que precedieron a una risa interminable de diez minutos más . Lo avala el cronómetro.  Bastó decir que reímos durante diez minutos para que el me contestara que lo sabía, y me mostró el temporizador en su Ipad. Hizo lo mismo que yo.  Amé su sonrisa de inmediato. Si es que me faltaba amar algo más de él, era eso. 

Claramente, a mi entender el no sabia nada de lo que a mi me pasaba, pero no sentía la necesidad de decirlo. De alguna manera teníamos una conexión estupenda, y algo más que la empatía y las cosas en común nos mantenían enganchados en algo cotidiano, que a la vista de cualquiera no tendría sentido, pero para ambos sin duda que lo tenía.  Más de una vez abrir los ojos por la mañana tuvo sentido, porque al volver a casa hablaría con el, y me esperaban cosas por aprender, y discusiones sobre puntos de vista diferentes, y opiniones acerca de lo cagado que estaba el mundo, y nunca faltaba nuestro compromiso de no cambiar, de seguir manteniéndonos auténticos y tal como éramos, a pesar del mundo. Era nuestro pacto. Ambos parecíamos ser indiferentes a todo. Pero nada estaba más lejos de ser así.

Hablamos varias horas, y lo mas interesante de eso es que nos pusimos de acuerdo en vernos personalmente, pero no de la manera normal de verse. Nos entrenaríamos para que nuestras energias se encuentren. Y me dijo algo : "no te asustes, pero  al menos una vez al dia, yo te veo. Estoy allí donde estás. Me parece algo injusto que solo yo pueda hacerlo.  Te voy a enseñar"

Y lo siguiente solo fue instrucción. Y predisposición de mi parte, claro. Comenzamos con meditaciones, luego lo corporal dejo de importar, para en todas  llegar a sentir desde lo etérico, y el me guió en ese camino. 


Pasaron meses hasta que pude verlo. "estar ahí" .Yo bromeaba muchas veces con el hecho de tirar la toalla y hacerlo de manera tradicional, un avión y listo. Pero eso vendría después. Ambos sabíamos que la verdadera conexión, el verdadero sentir sería real, solo en términos de energía. Eso me parecía algo raro, ¿ En verdad solo era cuestión de experimentar porque sí, o había algo más?  No sabía si preguntarle si a él le pasaba lo mismo que a mi. ¿sentiría lo mismo que yo? ¿ estaba confundiendo amistad con otra cosa? No me animé a preguntárselo, no quería arruinar las cosas. Ni ponerle título a nuestra conexión. No quería "normalizar " nada. 

Todo el tiempo tenia en mente esas ideas encontradas, hablarle de lo que me pasaba, no decirle nada. Nos separaban once mil kilómetros. Pretender algo mas que un intercambio de palabras era una locura. Eramos amigos a distancia. Eso éramos. A pesar de eso, era la persona con la que mas conectada estaba a este mundo, así tuviera mucha gente alrededor, no podía compartir nada con nadie ni por una fracción de lo que compartía con el. Y tal vez eso lo hacia especial.

 Una tarde , fue un domingo que en meditación, me despegue de mi, y me vi en un lugar desconocido. Claro que a propósito me visualicé alli, era lo que Mark llamaba "der Platz" - otra casualidad.  La traducción de eso, sería "el lugar"-          ( Hace unos días me hice un tatuaje en la mano, en referencia a eso. )

Primero vi una silueta , como un garabato borroso a lo lejos, luego un fuerte olor a jazmines en el aire. Luego todo lo borroso se volvió increíblemente nítido; por comparar, creo que la visión ultra 4k de los televisores no se acercan a tal nitidez y calidad de imagen. Pero no veía a través de algo. Yo estaba ahí.


El garabato tomó forma, y la forma se parecía a un hombre: Mark. Parado frente a un árbol, extendió los dos brazos hacia a mi y me dijo que el miedo me limitó para poder verlo antes. Me dio la bienvenida al der platz, y nos fundimos en un abrazo que con palabras no puedo describir. 

No se decir  cuanto tiempo estuvimos allí, para mi fueron años enteros. Corrimos, jugueteamos, nos tirábamos montañas de hojas en la mas despiadada guerra de hojas, nos subíamos a los árboles, veíamos, nos veíamos y no dejábamos de reír, aunque si no reíamos, puedo jurar que sentí reírme igual. Sin duda si la felicidad se parece a algo, tiene que ser eso: a estar en el lugar con Mark. 

Caminamos muchísimo. Llegamos a un acantilado, y las nubes rodeaban nuestros pies y ascendían por nuestras piernas.  Me preguntó si confiaba en él, y no necesito respuesta para  saber que si. Me tomó por la cintura y nos arrojo a ambos al vacío. No caíamos; era como estar detenidos, como contenidos  entre la nada, entre las nubes, entre lo terso del viento. 

Me dijo que durante muchos años, a nuestra manera, y a nuestro ritmo, nos habíamos preparado para llegar a conocernos, que no importaba nada de lo que antes hubiera pasado, que todo era por esto. Me miró a los ojos, y al tiempo que me perdí en ellos, desperté en mi casa.  Me asusté. Que raro.


Todo esto suena a algo muy tirado de los pelos, y no me importa si me creen o no. Lo cierto es que en Enero del año pasado, Mark saco pasajes de avión para venir a Buenos Aires. Eso de que si me amaba o no, si importaba ponerle nombre o no, ya no tenia importancia, todo era tan real como este teclado en el que estoy escribiendo, no necesitamos definiciones para entender de que se trataba lo nuestro.  

Todo se fue a la misma verga cuando paso lo de la pandemia, y el no pudo viajar acá. Nos reímos de la pandemia porque entendíamos que en la medida que nos mantengamos con la alegría intacta , no nos iba a apsar nada.

Así que con paciencia, seguimos encontrándonos en el lugar por unos meses más, hasta que  pasó algo horrible. 

En una de mis meditaciones no pude ir al lugar. es decir, me traslade a otro plano, si. pero era horrible. Nada tenia de ese lugar idílico al que fuimos tantas veces. Era un lugar siniestro, frío, en el que se oían  gemidos desgarradores. No duré ni un minuto allí.

De inmediato llamé a Mark, rompiendo todas las reglas de no hablar por teléfono, lo llame, no atendió. Lo invite a unirse a Jitsi, pasaron horas y no contestó. No supe mas de él, y supe (mi estómago lo supo) que algo malo había pasado.

Quise conectarme a él de mil formas. Pero nunca respondió. Entendí que las respuestas iban a estar si volvía a ese lugar tenebroso al que por error antes había estado. Y con todo el miedo del mundo, me prepare para ir, pero nunca pude .

Estabamos fuertemente unidos. Y no puedo dejar de intentar volver a donde sea que está, y rescatarlo, si es que eso puede hacerse

Se que Mark se suicidó, pero nunca voy a entender porque. Lo extraño , todos los días. Suelo volver al lugar, y es hermoso, pero sin el perdió la magia. Sigo ideando maneras de verlo nuevamente, y aunque me cueste años entender la mecánica del encuentro, estoy dispuesta a transcender los limites que hagan falta con tal de ver sus ojos en los mios de vuelta. El me dijo que mientras mantengamos alta la alegría estaríamos bien.


 











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