La puerta pintada de azul - Escribe Daniels caballero

 

Hoy conoceremos la historia de Amanda, una niña feliz que creció junto a sus dos hermanos en una casa común como la de cualquiera del poblado donde habitaban, su padre agricultor su madre ama de casa, hasta aquí una familia como cualquiera.

Pero Amanda mostraba ser diferente al resto del grupo familiar. Ella tenia una gracia y un brillo particular, ¡Amanda amaba bailar! por lo cual sus padres acompañaban fomentando dentro de lo que podían su pasión, llevaban y traían a la pequeña a la academia modesta del pueblo para que tome sus clases de danzas.

 Dentro de la academia había diferentes disciplinas :se enseñaba  baile clásico, folcklore y flamenco, Amanda como era de esperar tomaba todas las clases, pero donde mas se destacaba era la danza clásica y era lo que mas amaba. Cada movimiento nuevo que aprendía se los enseñaba a su familia siempre mostrando entusiasmo y pasión en lo que hacia, y lo que mas le entusiasmaba era saber que tendrían la oportunidad de bailar frente a un publico mas grande a principios de noviembre donde la academia mostraría su función en la capital del país, ella y todas sus compañeritas de danza estaban emocionadísimas de salir y bailar en otro sitio, y poder así exhibir sus dotes de bailarinas. Amanda sabia esto y se preparó como nunca.

 Llego el gran día esperado por todos. El estómago de todas estaban anudados de ansiedad;  ya querían pisar ese escenario impresionante e imponente, el cual jamás habían visto, la sonrisas en sus rostros eran de absoluta felicidad. No cabían en si de alegría ¡el momento de mostrarse estaba allí!

Lo que las pequeñas no sabían es que en el concierto se encontraban músicos y bailarines de todos lados, lo cual esto no era habitual, dieron su espectáculo y la pequeña Amanda brilló destacándose por sobre las demás y por esas cosas mágicas que la vida tiene, el reconocido bailarín Michael Richard vio en ella algo especial (que lo tenia y era innato) y la buscó deseoso de hablar con sus padres para que ese talento natural no se pierda como tantos otros. El problema es que sus padres no podrían costear su formación así que Richard la apadrinó haciéndose cargo de los gastos para su carrera de bailarina que se desarrollaría en Francia y aquí surgió la cuestión: seguir su sueño y dejar a su familia o seguir al lado de la familia y que todo termine en un sueño nada mas.

Esa noche fue de charla familiar. Los padres de Amanda pensaban y hablaban con sus tres hijos ¿que hacer?  Amanda es chica para enfrentar un mundo totalmente nuevo sola en un país desconocido y con un desconocido, el cual era dueño de una importante academia en París quizá la mejor de toda Francia. 

Con ansias,con angustia, pero sobre todo con mucho amor decidieron dar rienda suelta al sueño de la niña, y así fue, viajó al país del viejo mundo, allí se formó se destacó nuevamente por sobre todas las demás con su gracia natural, encanto y carisma. 

Pisaron los mejores escenarios del mundo, sus pies parecían tener alas, magia brotaba de cada movimiento realizado por la ya no tan pequeña Amanda, 

Los años habían pasado, ya era toda una mujer;  era feliz había logrado vivir de lo que mas le gustaba, bailar ese era su mundo, pero dentro de ella todavía estaban los recuerdos de niña, en el campo, su familia ya no vivía de la agricultura ni en la casa inicial, Amanda se había encargado de darles una vida mas cómoda, ella jamas olvidó como la acompañaron en su aventura de bailarina. Pero dentro de ella; esa espinita de volver a ver su lugar, donde nació y paso una parte de su vida estaba allí cada vez pinchando mas profundo y más y más, a pesar de que viajó por todos lados y recibió agasajos y premios por su arte; su lugar natal hacia un llamado fuerte, un golpe importante dentro de su corazón, y no soportó más el llamado de su interior. 

Viajó a su querido y añorado pueblo. Los habitantes la recibieron orgullosos, una hija de ese lugar había triunfado. Sin mas espera fue hasta su vieja casa y estaba allí intacta con el descuido del paso del tiempo claramente, pero todo en su lugar como si el tiempo se hubiese detenido en ese campo, hasta la pintura de la puerta, una puerta pintada de azul que fue la imagen que sus ojos de pequeña vio y llevó cuando abandonó ese lugar para buscar su meta, sintió nuevamente la brisa acariciar su rostro, el perfume del pasto y la tierra como recién regados, todo estaba allí como lo dejó. Nuevamente la emoción invadió su estómago como la primera vez que se mostraba ante un público mas grande que el habitual y por un momento volvió a ser una niña, pero con sus metas ya logradas, ya siendo una mujer plena y feliz pero jamás olvidando sus orígenes.

***

Hoy el duende de la escritura me invadió, confieso que fui Amanda por un instante viendo la puerta azul de su casa de campo natal vi hasta el verdor del pasto, me instalé en ese lugar. Esta propuesta de escribir me permite viajar un ratito y volar con mi pensamiento dar rienda suelta a mi desquiciada imaginación ¡ ja!

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