Violencia y buenos modales -Escribe Lorena_edo.tensei

 

Violencia y buenos modales


Estos son los primeros calores en Buenos Aires. Se trata de una experiencia muy rara, en la que el aire húmedo y espeso de siempre se vuelve mucho mas tedioso que nunca; tenemos la cara tapada con el trapo protector del virus, y rompe mucho las pelotas tenerlo puesto. Pero si no lo tenes puesto hasta muy arriba de la nariz, la gente alrededor te mira raro. Así que mas vale el sopor pesado antes que la mirada condenatoria de veinte personas alrededor que me resultan desconocidas, pero biológicamente peligrosas.


Viajo en tren ida y vuelta de lunes a sábados para ir a trabajar. Y meses atrás el traslado en tren para llegar al centro era casi paradisiaco: nadie habitaba los vagones. Como mucho había cuatro personas lejos de mi en todo el vagón, y se que eran seres humanos porque parecían humanos. Estábamos todos lejos porque teníamos miedo. Algunos usaban mascaras, y se que si no hubieran tenido vergüenza en el caso de tener acceso a una escafandra; se la hubieran puesto.


Pero todo esto que digo solo forma parte de un contexto actual; pareciera ser que acercarnos a otros fuera algo peligroso. Como si el contacto humano se hubiera vuelto algo letal. Y es fácil decir que somos animales de costumbres y uno se termina acostumbrando a todo, incluso siendo animales sociales, se nos esta volviendo rara la interacción cercana con el otro.


Estamos los que caminamos en la finisima linea entre lo prudente y lo que es prosaico y kamikaze ; aquellos que nos animamos a tener sexo con alguien que no sabemos si tiene sus defensas allá a lo alto. Un intercambio de saliva podría resultar en tres días de fiebre con un final incierto. No se ustedes, pero si nos ponemos drásticos, da miedo.


El contacto humano es algo a lo que estamos acostumbrados (y buscamos) desde el nacimiento. Y hay personas que, como yo, se sienten cómodas teniendo lejos a los desconocidos. Al menos en el transporte publico.

Mi manera chota de ser, me hacia pensar que si se me sentaba cerca de un niño iba a llegar a mi casa con piojos. Detestaba que se me sentara alguien al lado y se pasara todo el viaje hablando por celular , yo sin ganas de saber lo que el del al lado tenia para contar. (por lo general siempre charlas sobre cosas que pasaban entre otras personas ajenas a la conversación, lo que me irritaba aun mas)


Dejo claro con estos ejemplos que no soy la reina de las interrelaciones humanas y aunque me pese, soy una odiosa innata.


Pero a pesar de mi falta de tacto con los demás, hay ciertas cosas que me resultan inherentes , que no se explicar de donde salen o como las adquirí, solo se que las tengo y se manifiestan solas. Y que no verlas en otros me produce un odio visceral.



Voy trasladándome por la calle y si bien mi vida esta muy lejos de ser imitada, y mis conductas lejos están de ser las ideales, hay cosas que me chocan. Y puedo poner como ejemplo dos situaciones de hoy, para no hacer esto muy largo:

Veo una señora de pelo violeta furioso envuelta en un vestido turquesa, caminando sobre sus sandalias hippies a unas cuadras de mi casa, y atrae inmediatamente mi atención; su pelo y su vestido me resultan señas ineludibles de alguien que debe tener una forma de vivir muy libre y hasta interesante. ¿A que se dedicara? ¿dónde ira? ¿se llamara Paula? ¿Pablo? ¿sera vegana? ¿Amara a los animales? ¿Estará contenta de que halla ganado Biden? Un sin fin de pensamientos boludos que se me ocurren mientras voy caminando detrás de ella. Y de repente, se saca un papel del bolsillo, ( se ve que su vestido tenia un bolsillo) extrae de el un papelito – un volante – lo hace un bollito y lo tira al piso sin mirarlo, continua caminando sin advertir que ha dañado un poco mas al mundo.

Así de grave fue lo que yo vi que hizo. Y comienzo a odiarla de inmediato.

Una parte de mi tiene ganas de agarrar ese bollo de papel y alcazarselo, diciéndole “señora, se le cayo esto” y sonreirle con los ojos. Otra parte de mi piensa que si tuviera un arma encima, le pegaría un tiroa esta mujer violeta en uno de sus talones ensandaliados y una vez tirada en el piso, con la boca abierta y llena de gritos de dolor, meterle el bollito de papel en la boca y ahí si decirle “señora, se le cayo esto” . Cuando termino de pensar en todo esto, la señora ha desaparecido de mi vista, Y yo quede ahí en la calle, cómplice de su acto inmundo, sin decir nada,  sin influir en su conducta, sin haber salvado al mundo.



Cuando voy sentada en un del lado de la ventanilla, y necesito bajarme del tren, pido cordialmente permiso al que tengo al lado ( si, de verdad soy cortes ) y por lo general, la persona esta a medio babear, medio dormida, medio confundida, pero se levanta, se hace a un lado, y yo mas cortes que antes, le digo “muchas gracias” y me encamino hacia la salida. Para mi esa es una situación normal. Pero cuando ocurre diferente me lleno de odio. Otras veces, ( y por lo general me sucede con señoras, con lo cual podría hacer toda una estadística) la persona pone juntas sus rodillas y inhala todo el aire que puede, como si al hacer eso se volviera mas finita; y se petrifica en su asiento. A lo que reitero, con un tono mas cordial que la primera vez ”permiso por favor” “si, si pasa” me contesta, y vuelvo al pensamiento psicopático de antes. Si tuviera un arma le encajaría tres tiros en la cabeza al grito de “ ¡te pedi permiso la concha de tu madre! ¡Podrías haber evitado esto! PUM , PUM, PUM. Tres tiros. Pero por suerte no tengo un arma. Solo tengo el peso en los hombros una decepción total alrededor del comportamiento descortés de muchas personas. Cuando pasan cosas como estas dos que cuento, no puedo evitar volverme un poco mas parca, un poco mas buena y un poco mas ajena a las bondades del mundo.



Y ahora que me acuerdo, una vez si me anime a decir lo que pensaba frente a un hecho que me indigno mucho, pero fue con tres chicos de entre 6 a 13 años (claro, educar a los niñes es mas fácil que convencer a un adulto de que cambie su proceder ) estaban armados ellos esta vez, (no como yo con mi revolver imaginario) con una hondera y tenían los bolsillos llenos de piedras, estaban tratando entre los tres de tirar abajo a un pájaro que estaba parado en un cable de luz. Mi furia nació de inmediato y me pare enfrente de ellos de la forma mas teatral que me salio, y no dije nada, pero cinco segundos después trate de eyectar la voz mas calida que puede, pero con contundencia sheksperiana y le dije al mas chiquito “ a vos te gustaría que te mate de un piedrazo en el pecho ?” Porque te voy a querer tirar un piedrazo si no me hiciste nada? Con ese pájaro es lo mismo, no te hizo nada. Y para asustarlos les pregunte a todos donde estaban sus papas, que me lleven con ellos que yo les iba a decir lo que estaban haciendo. Se miraron asustados y salieron corriendo. Se que no fue pedagógica mi manera, ni la mejor pero esa vez si sentí que había hecho algo bueno por el mundo. Se me podrá condenar por amenazar a unos chicos, pero ojala los haya asustado lo suficiente como para que nunca mas lo hicieran. Una vez que salieron corriendo yo seguí caminando, y el cuerpo me temblaba porque no sabia si había hecho bien o mal.


La fantasía extraña de “huy si tuviera un arma” en verdad no es real. No mataría a nadie. Creo que es mas fácil apretar un gatillo que educar al otro. Seamos realistas, para educar hay que tener huevos : y yo puedo estar muy indignada con el comportamiento de algunas personas, pero no tengo los huevos suficientes para explicarle sin emoción alguna, que es lo que me parece que esta mal. Y me condeno por ser tan cobarde. Pero creo que el mundo seria otro si todos tuviéramos los huevos suficientes como para decir lo que pensamos , pero ese es otro asunto. La primer opción destapa una olla que rebalsa de ira y no resuelve nada. En la otra esquina también me voy a encontrar a personas que no tienen el comportamiento que pretendo que todos tengan. Y la opción mas fácil que tengo es forjar mi propio cambio. Buscar mejorar en mi lo que me molesta en los otros.

Es una conducta repetitiva que tuve toda la vida. A medida que pasa el tiempo y voy cruzándome en con personas: deshonestas, malintencionadas, “malas” chotas, vulgares,“ maleducadas” , retorcidas gente de mierda en fin, porque los adjetivos en este sentidos serian infinitos; mas reafirmo mis ganas de ser “mejor persona”. Y spoiler: todavía no lo logro. Pero estoy en eso.


Entonces, apretando los dientes , me bajo un poco mas el barbijo, aspiro fuerte todo el aire que puedo, y pienso: que bueno que hallan personas así, que me hagan mejorar a mi para poder ser el ejemplo de alguien mas. ¿Suena a resignación no? En realidad no. Yo los veo como unos seres deleznables, pero están ahí y son los mejores maestros que podemos tener. ( dale, estoy buscando una manera evolucionada de interpretar la mierda que vemos en todos lados, todos los días)


La invitación acá es a pensar en esas situaciones que nos despertaron el odio hacia el otro. Porque estoy segura que alguna situación tuviste que haber vivido; Una persona que nos trató mal; en realidad esta furiosa por una situación que no tiene nada que ver con nosotros. La persona que nos daña en realidad fue lastimada por otro, y así.


La semilla del odio sembrada un una tierra fértil para el odio, va a dar como fruto un monstruo.( El mundo de hoy esta bastante apestado de cosas que no queremos ver pero ahí están). Tomemos lo horrible como aprendizaje, seria sano elegir el camino opuesto a lo que desde el corazón repudiamos. No podemos cambiar el contenido de la semilla, pero si podemos preparar a conciencia el abono, porque esa semilla para crecer, necesariamente debe alimentarse de sentimientos horribles . Esta en uno ser el mejor abono posible para las semillas que el mundo realmente necesita. El abono es complejo y seguro consta de los siguientes ingredientes ( mas o menos, me imagino ) bocha de amor, tolerancia, comprensión, respeto, empatia.

¿Que tan difícil puede ser crear ese abono ideal para el hombre, si en esencia el hombre nace bueno y dicen que aquello que lo corrompe es la sociedad? La sociedad es un organismo formado entre otras cosas, por personas , entonces si vos sos una persona, cambia tu manera de ver el mundo para que el mundo cambie. Violencia no. Educarnos a nosotros mismos en nuestras reacciones es la clave.

Asumo mi parte de responsabilidad en esto. ¿Y vos?



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